Thursday, September 06, 2012
Thursday, June 28, 2012
En tiempos de soledad, acurrucarse en la cama era un despiadado consuelo, pero mientras se apagaban los sentidos y el entorno ennegrecía, todo parecía estar bien. Una noche, sin embargo, el instante mencionado se tornó pesadillezco. Como si la cama fuese arena de playa, las sábanas con que me cobijaba se tornaron en un impetuoso mar que esparcía sus aguas una y otra vez sobre mi cuerpo, retirándose y volviendo siempre. Como un remolino, intentaba llevarme consigo hasta las profundidades del océano, con las algas atándome las extremidades. Intentaba safarme de ellas, pero la fuerza de aquellas olas era demasiado potente. Las aguas me susurraban al oído con voces angustiantes y desconocidas...hasta que de ellas vi surgir más de un centenar de manos, todas intentando aferrarse de mí y llevarme consigo. Y no eran más que manos, no era más que una muchedumbre que con codicia vociferaba la soledad que me acompañaba. La mañana siguiente, al despertar, me descubrí en medio de la soledad. Hubiese deseado ir con ellas al fondo del mar...para no estar tan sola.
Monday, June 25, 2012
Hoy desperté y era el mismo mundo de siempre. Apenas abrí los ojos vi cómo a mi costado, a través del velo de la cortina, se perfilaban las siluetas de aquellas inmensas construcciones grises, esas que fagocitan todo a su alrededor. Absorta sobre el alfeizar de la ventana, me dejé caer en un torbellino de desesperanza que me dejó el alma tan gris y aletargada como un bloque de cemento.
Sunday, February 05, 2012
Qué rico que nadie lea esto, es como escribir en mi diario de vida y despojarme de esa extraña "represión" (que nos obliga a comportarnos de tal manera) para darle la bienvenida a la soltura y a la pseudo-libertad. En todo este tiempo no he escrito prácticamente nada, por ninguna parte. Y me acostumbré a no escribir; de repente las palabras me resultaron extremadamente rígidas y pequeñas como para albergar un contenido tan infinito como lo es una "emoción". Me sorprendí a mí misma sin leer más que lo obligatorio, a escribir como perro faldero lo que pedía un profesor, con palabras tan sencillas y cuadradas como los números. Así que no escribí prácticamente nunca más, y lo callé todo. Lo que escribo no lo converso con nadie, salvo con mi cerebro. Entonces andaba por ahí y por allá con el pecho apretujado por cosas inquietantes que desconocía, y que no sabía si era tristeza, rabia, frustración, alegría, despecho, etc. Como es natural, cada cierto tiempo explotaba. Exploto aún. Y seguiré explotando, porque seguiré guardando esas palabras, esos pensamientos...
La verdad es que soy una persona apática. Gruñona. Me enfado por cualquier estupidez; basta con golpearme un dedo y me enfado con medio mundo. No es mi intención. De ahora en adelante tengo que comenzar a comportarme..."como una persona grande". A veces olvido que ya no tengo 9 años. Es extraño, me siento como la misma niña de 8, de 11 años que se enfada por nimiedades y que anda dado portazos y arrojando objetos, gritando imbecilidades. Maldita edad, ahora debo comportarme. Y eso que no hay nada más reconfortante que desahogarse tirando y rompiendo cosas! Botar la ira con ira, con mucha ira, para dejar de sentir ira.
Pendejerías.
Cómo me gustaría vivir en un pseudo-mundo, un mundo que no sea este mundo. Que sea un mundo de juguete, con cosas lindas y fantásticas, ser por siempre una niña...no crecer nunca. No quiero crecer. Tengo miedo de crecer. Tengo miedo de comportarme como una persona calcada. Tengo miedo de usar tacos algún día. Tengo miedo de enjaularme. Tengo miedo de adscribirme a un esquema. Tengo miedo de proyectar una sombra con vida propia cuyos movimientos no se correspondan con los realizados por el cuerpo que la proyecta, porque siempre querré ser esa sombra.
Sombras, sombras, sombras...tan difusas, tan anónimas...quiero ser esa sombra calladita que se agita en la oscuridad...
La verdad es que soy una persona apática. Gruñona. Me enfado por cualquier estupidez; basta con golpearme un dedo y me enfado con medio mundo. No es mi intención. De ahora en adelante tengo que comenzar a comportarme..."como una persona grande". A veces olvido que ya no tengo 9 años. Es extraño, me siento como la misma niña de 8, de 11 años que se enfada por nimiedades y que anda dado portazos y arrojando objetos, gritando imbecilidades. Maldita edad, ahora debo comportarme. Y eso que no hay nada más reconfortante que desahogarse tirando y rompiendo cosas! Botar la ira con ira, con mucha ira, para dejar de sentir ira.
Pendejerías.
Cómo me gustaría vivir en un pseudo-mundo, un mundo que no sea este mundo. Que sea un mundo de juguete, con cosas lindas y fantásticas, ser por siempre una niña...no crecer nunca. No quiero crecer. Tengo miedo de crecer. Tengo miedo de comportarme como una persona calcada. Tengo miedo de usar tacos algún día. Tengo miedo de enjaularme. Tengo miedo de adscribirme a un esquema. Tengo miedo de proyectar una sombra con vida propia cuyos movimientos no se correspondan con los realizados por el cuerpo que la proyecta, porque siempre querré ser esa sombra.
Sombras, sombras, sombras...tan difusas, tan anónimas...quiero ser esa sombra calladita que se agita en la oscuridad...
Subscribe to:
Posts (Atom)